El sábado me escape de nuevo a Lierganes a seguir haciendo faena por allí. Por fin pude encadenar el bloque de las cuchillitas que me traía de cabeza. Le he bautizado como “El día de la marmota” y tengo serias dudas en cuanto a su cotación. Inicialmente pensé en 7c o así, luego en que igual llegaba al 8a… después de hacerlo pensé que igual no era ni 7c, pero al repetir unos cuantos 7c´s el domingo en las tuerces me vuelve a parecer
mucho más duro. En resumen: un lio!!! Cada día tengo menos idea de cotar nada… bueno, si alguna vez tuve algo de idea! Eso sí, recomendable ir sobrado de piel para probarlo, pues abre las yemas con una facilidad pasmosa!
Pase a acondicionar unos cuantos bloques más: cortar zarzas, mover piedras, limpiar líquenes, musgos y demás… y para acabar aproveche a escalar en uno de los bloques que dan al río. Hice un par de bloques, creo que sobre 7a+ los dos, aunque mantengo lo del párrafo anterior: ya no tengo criterio alguno, ni para bien ni para mal… Uno es un bloque pequeñajo con un mantle muy liso y caída un poco delicada. Al estar cerca del río ninguno de ellos tienen un tacto especialmente adherente, pero la roca es súper compacta. Éste quedo bautizado como: “Se va el chaval, se va pa la barranquilla”, que es lo que te puede pasar si te caes cuando ya estas montando en el mantle, máxime si estas sin portero, como me ocurría a mi… Al otro le he bautizado como “Gripe A” y lo realmente duro es el primer paso; empiezas con un pie muy estirado y hay que tirarse con mano izquierda a coger dos agujeritos algo cortantes, el resto es sólo tenerlo controlado.
Si a la paliza que llevaba le unimos el calor que hacía y que ya me había bebido los dos litros de bebida que llevaba… no toco más remedio que volver a casa a recuperar para el domingo.
El domingo, después de ver la carrera de Formula1, me voy con María a las Tuerces. Allí están ya Jose y Sara. Vamos todos a la calle de la amargura. Jose quería hacer “Presunción de culpabilidad”, un bloque que hice hace unos años y sigue esperando repetición, y “marcapasos directo”. No hubo suerte en ninguno de los dos, pero ciertamente pudo haberse llevado los dos “pa la saca”. Se nota que llega el ciclo de los encadenes. María se animó a probar la trave Frankenjurica, por su versión más sencilla y lo cierto es que dejo la cosa bastante bien, sobre todo siendo tan de dedos. Yo repetí “Presunción de culpabilidad”, “No es más” y di un peque a Dies Irae… a ver si este año le dedico alguna sesión en serio y le hago de una vez!
Probando Dies Irae, unión de Coraza Mental y Deo Victi.
De aquí nos fuimos al Techo del camino. Yendo para allá nos encontramos con Rober que ya había recogido los trastos, pero le liamos para que nos hiciera compañía un rato. Zascandileamos un poco por allí y yo hice “campus”, un 7a al que se le ha roto un cacho bueno de la regleta del paso clave y ha quedado algo más duro: 7a+ o 7b. Sara y María probaron suerte en un bloque sencillo pero bastante alto que hay a la derecha pero guardaba su mayor complejidad arriba del todo y ambas acabaron reculando.
Y, con la misma, vuelta a casa!
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